¿Cuándo es necesario el injerto de hueso en implantes?

Cuando se procede a realizar un implante dental, en ocasiones el odontólogo se encuentra con situaciones muy específicas en donde es necesario realizar un injerto de hueso. El injerto óseo es un procedimiento quirúrgico delicado que sólo debe confiarse a profesionales muy especializados y de confianza, como los de Navarro Clínica Dental.  Nuestro Doctor y  Director Clínico Antonio Navarro es Especialista en Regeneración e Implantes y ha sido seleccionado como uno de los expertos a nivel  nacional por parte de SALUGRAFT.

Antes de comenzar a hablar del injerto de hueso, os explicamos por qué perdemos volumen en esta parte de la boca. Dentro de la estructura interna del diente encontramos el hueso alveolar, que es el que aporta sujeción a la cada pieza. Esta masa ósea es la que puede reabsorberse y originar la pérdida de hueso.

Aunque la principal razón por la que se produce esta disminución del maxilar es la falta de dientes, hay otros factores que favorecen este problema, tales como la presencia de una enfermedad periodontal avanzada, el sarro solidificado que alcanza la raíz y el hueso alveolar, un impacto en el diente, entre otras.

¿Cómo se realiza un injerto de hueso?

En los casos habituales de injerto óseo en pacientes que van a recibir uno o más implantes dentales, siempre es preferible emplear el hueso del mismo paciente. En el caso de que esto no sea posible, se puede recurrir a tejido óseo animal o, más sencillo, a materiales muy similares al propio hueso y que inducen la formación de nuevo hueso propio. En todos los casos, dependiendo de la cantidad de hueso perdido, puede ser necesario colocar unas guías metálicas que ayuden a que se ancle mejor el nuevo hueso.

El injerto puede ser de distintos tipos, siendo los más comunes:

  • Injerto de hueso particulado o con cirugía ósea guiada.
  • Elevación en el seno maxilar.
  • Injerto de hueso en bloque.

Durante la intervención, el especialista realizará una incisión en la zona donde se debe hacer el injerto, levantando y separando la encía. Allí colocará el injerto de hueso elegido y lo fijará al maxilar con un tornillo. La zona se recubrirá con una membrana que permitirá que no se pierda el implante y la encía se coserá para que la saliva no infecte la zona.

La integración del injerto de hueso depende del tipo de hueso empleado y del tamaño del defecto a tratar. Normalmente el periodo para que el injerto se adapte totalmente es de unos cuatro a seis meses.

Un injerto óseo permite que muchos implantes inviables dejen de serlo, y que otros puedan llevarse a cabo con un resultado estético aceptable. Se trata de un procedimiento complejo para el profesional, aunque indoloro y rápido para el paciente, con muy buenos resultados si ha elegido bien a los profesionales para llevarlo a cabo.

Si tienes cualquier duda o quieres saber si precisas de un injerto de hueso, ven a Navarro Clínica Dental  pidiendo cita a través del formulario web, llamando al número 923 219 450 o pasarte por nuestra clínica dental situada en Plaza del Mercado, 17. ¡Te esperamos!

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